28 abril 2013

El draft internacional y el caso Venezuela


Las consecuencias del sorteo que quiere implantar el comisionado Bud Selig pueden ser catastróficas para la pelota profesional criolla

¿Cuál será el impacto del draft internacional en la enorme maquinaria que mueve el beisbol profesional en el planeta?

El sorteo que el comisionado de las grandes ligas, Bud Selig, quiene imponer para 2014 influirá mucho más allá de los diamantes. Así de delicado es este asunto, que analizaremos desde la óptica venezolana.

Comencemos por las 30 organizaciones de la gran carpa.

Serán las ganadoras a corto plazo. Pusieron un límite a las bonificaciones en el draft universitario y esperan moderar también el gasto que hoy representan las firmas internacionales. En los años recientes, se han entregado bonos a peloteros que igualan o superan lo que ahora cada equipo podrá repartir no a uno, sino entre todas sus adquisiciones de cada año.

Baseball America publicó que el último equipo en el draft, el de mejor récord el año anterior, tendrá 1,8 millones de dólares a dividir entre todos sus bonos y el lanzador varguense Adonis Cardona recibió 2,8 millones él solo hace tres años. Es un cambio drástico, absolutamente radical, el que propone Major League Baseball.

Y es altamente posible que a mediano y largo plazo también las 30 divisas pierdan, no ya dinero, pero sí talento.

Dar el salto al profesional es, hoy, una oportunidad de vida para miles de jóvenes humildes que, con un bono de 25.000 o 50.000 dólares, podrían ganar cifras de 300.000 bolívares fuertes y hasta mucho más que eso, según el cambio que se aplique.

¿Saben lo que eso representa para una familia que vive en un barrio o en un pueblo?

Más allá del sueño de llegar a las mayores, hablamos de resolver necesidades inmediatas: comprar o mejorar una casa, asegurar los estudios si la apuesta en el deporte no funciona, lograr el impulso inicial para un emprendimiento que garantice la subsistencia familiar o, simplemente, las tres comidas diarias para todos en el hogar durante un largo período.

Fíjense que hablamos de bonos pequeños, no de los bonos millonarios.

Esa muchachada, decenas y decenas por año, ahora firmará tal vez por 10.000 o 5.000 dólares, y el presupuesto se agotará antes de poder firmarlos a todos.

Ya una parte importantísima de la industria del beisbol en Venezuela se derrumbó, al marcharse del país una veintena de organizaciones que tenían aquí sus academias, debido a la inseguridad y la inestabilidad social.

Con ellas, se llevaron cientos de trabajos directos en técnicos, empleados, y sobre todo, empleos que iban a peloteros sin tantas condiciones, que debían ser contratados para completar los rosters en laVenezuelan Summer League, porque si es imposible jugar en ese circuito sin roster completo.

Uno de esos peloteros sin aparente futuro fue Magglio Ordóñez. Saquen cuentas.

Hay otra parte importante de esa industria empleadora que ahora entrará en severo peligro: las academias independientes que se han creado en varias partes, que reclutan y preparan jóvenes menores de edad, con vistas a las firmas de julio 2. Con los topes que busca imponer MLB, serán estas las siguientes en sufrir drásticamente.

Puestos de trabajo, oportunidades de progreso para los más humildes, el ingreso de divisas al país, todo sufrirá un recorte importante.

La Asociación de Jugadores de grandes ligas tiene poder de veto, pero en ESPN.com creen que lo negociará a cambio de beneficios para peloteros ya en la gran carpa. Será injusto y cruel, si es así.

Los propios peloteros tienen que recordar sus tiempos juveniles y presionar al sindicato, recordando lo que ellos mismos sufrieron y, sobre todo, cuántos de sus amigos nunca llegaron a las mayores, y cómo sus familias pudieron aprovechar, al menos, la ayuda que significaron los bonos que cobraron por firmar.

@IgnacioSerrano

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