13 junio 2013

¿Cómo impactará Cuba la Serie del Caribe?


El torneo sufrirá un cambio drástico a partir de 2014, comenzando porque de ahora en adelante existe un nuevo y claro favorito para llevarse la corona.

¿Cómo impactará a la Serie del Caribe el regreso de Cuba?

En Margarita se notarán los efectos. Por la novedad, habrá más interés del público, pero también por saber que los antillanos asistirán con un equipo altamente competitivo.

Esto, por cierto, puede terminar forzando a otra renovación de la justa, si se implanta una dictadura cubiche. ¿Por qué?

Vean las ventajas competitivas que tendrán los nuevos aspirantes: podrán asistir con su selección nacional, la misma que acude al Clásico Mundial, debido a que el reglamento permite añadir a cada equipo participante tantos jugadores como desee y pueda, con la única condición que hayan disputado su campeonato local.

Esa cláusula se redactó en 1995, para permitir que Borinquen creara su legendario Dream Team en 1996, y gracias a ella Quisqueya llevó también una escuadra soñada a la edición de 1997.

El devenir de las cosas hizo que la cláusula terminara siendo la salvación de la cita, pues hoy las naciones que compiten pueden armar una expedición completamente nueva, respecto a la novena original de cada país, una vez que ocurre la diáspora que ahora caracteriza al beisbol invernal, debido a la cercanía del spring training.

El único compromiso de los peloteros cubanos es con la pelota cubana. No tienen las limitaciones delWinter Agreement, sus jugadores no tienen agentes ni reciben llamadas de los equipos de grandes ligas, pidiéndoles descansar.

Podrán confeccionar cada año su propio equipo soñado.

Los mejores de la Serie Nacional, salvo por lesiones, asistirán a Margarita. El buen espectáculo ganará. Pero si la Serie del Caribe se convierte en un duelo entre la selección nacional de Cuba y elencos formados por veteranos de ligas independientes y europeas, el espectáculo se tornará aburrido en el mediano plazo.

Será algo que atender de cerca y que requerirá alguna imaginativa reforma de reglamento, si sucede.

Es verdad que con la celebración de una final serán mayores las probabilidades de sorpresa, pero es un hecho que el nuevo favorito de la justa en 2014 y en los años por venir es la divisa antillana, por más que no pueda contar con Yasiel Puig, Yoenis Céspedes, Alexei Ramírez y la pléyade de estrellas que tienen en la gran carpa, a quienes, al menos por ahora, no se les permite representar a su país en lances internacionales.

Los costos de la competencia crecerán, del mismo modo que sus ingresos por patrocinio y venta de boletería.

La novedad de ver a los cubanos generará interés en la afición, pero también creará nuevas exigencias al comité organizador. No sólo se trata de contar con un hotel adicional y más gastos de logística. Allá donde juega una escuadra cubana, las solicitudes de seguridad que pide el INDER son exponencialmente superiores.

Este regreso es un éxito diplomático para la Federación Cubana de Beisbol. Aunque el alto mando de la Confederación del Caribe ha hecho énfasis en que los nuevos participantes llegan “con todos los deberes y derechos”, la realidad no es así en un punto que en La Habana consideraban clave: no están obligados a organizar el torneo.

Les toca la edición de 2017. Pero el propio comisionado Juan Francisco Puello Herrera admitió que, si para entonces surge algo que no les permite ser sede, otro país asumirá la organización.

La Confederación transigió en algo que era un punto de honor para ella. Aunque esto puede verse de otro modo, más constructivo: si Cuba puede, Colombia, Nicaragua o Panamá también pueden.

Que se amplíe aún más la convocatoria, que sean seis los países, que se dividan en dos grupos, que disputen una final los dos mejores.

Que la serie siga cambiando, hasta volver a cautivar al gran público en toda la región.  

@IgnacioSerrano

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