Bob "Come Dulce" Abreu |
Desde 1998, Bob Abreu había promediado 155 juegos por temporada. Ninguna lesión, ningún manager se había atrevido en ese tiempo apartarlo del terreno siquiera por un mes.
Las implacables acciones del tiempo se encargaron este año de interrumpir la otrora indiscutible titularidad del criollo en un equipo de las mayores. Simplemente fue relevado por gente más joven.
Hoy, tras ser dejado en libertad por primera vez en su carrera, el criollo confesó estar en paz con su ex novena, los Angelinos de Anaheim, y afirmó que la sólida producción que ha tenido hasta la fecha con los Dodgers de los Angeles es sólo producto de lo que él siempre profesó durante toda la primavera: “Todavía hay beisbol en mi”.
“Yo he podido agarrar e irme a casa cuando me dejaron en libertad pero la pasión que tengo por el beisbol y el conocimiento que tengo de mis límites me lo impidieron”, dijo el criollo minutos antes de alinear en su octavo juego al hilo.
En 18 encuentros con los también los californianos, Abreu ha pegado cinco dobles y un triple dejando promedios de .314 de AVG y .848 de OPS en 58 turnos al bate.
No obstante, a pesar de esos números, el manager Don Mattingly ha asegurado que su plan es utilizarlo unas cuatro veces a la semana cuando los lesionados Matt Kemp y Juan Rivera se reincorporen a los jardines la semana que viene.
Ese plan, de acuerdo a Abreu, suena perfecto.
“Yo estoy feliz y satisfecho con ese rol. Yo se que ya no tengo ni 22 ni 25 ni 27 y que hay hay jóvenes jugadores que pueden hacer este trabajo pero se que todavía puedo ayudar un equipo enb las mayores de esta forma. Eso fue lo que dije siempre”, afirmó “El comedulce” ya en su décima séptima temporada en las mayores, la sexta cifra más alta entre criollos de la historia.
Su reencuentro con Rivera fue especial motivo de alegría cuenta Abreu. Durante casi dos años compartieron dugout en los Angelinos y ahora probablemente compartirán posición.
“El y yo siempre hemos tenido una gran empatía. Desde el mismo primer día que llegué se ofreció a ayudarme que lo que quisiera y eso se lo agradezco”, dijo el mirandino quien reconoce que su llegada le da cierta compañía nacionalista a Rivera pues a pesar de que Ronald Belisario estaba ya en el equipo, los lanzadores y los jugadores de posición “son otra cosa”.
Tanto Rivera como Kemp cayeron en la lista de incapacitados de los Dodgers hace aproximadamente tres semanas dejando en manos Andrés Ethier y una serie de novatos la responsabilidad de mantener la punta de la división oeste de la Liga Nacional.
Con la ayuda de Abreu, esos novatos no sólo han mantenido el fuerte sino que lo han fortificado pues hoy ostentan el mejor record de las mayores.
“La química que hay aquí impresionante. Parecen estar diseñados para ganar. Todos disfrutan el juego y de sus compañeros y es un placer estar aquí. Ellos saben que las puertas para consejos están siempre abiertas”, dijo “El Comedulce” con la mirada puesta en el futuro y ajeno a cualquier tipo de rencor que pudiese sentir por el equipo que no creyó en él a principios de año.
“Siempre entendí que esto es un negocio. Yo sólo quería seguir jugando”.
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