PHOENIX – Cuando los Angelinos estuvieron por estos lados durante los entrenamientos de primavera, el cuarteto de Albert Pujols, Josh Hamilton, Mike Trout y Mark Trumbo era visto como una mini “fila de asesinos” para la temporada del 2013.
No era para menos. Nombres así no aparecen todos los días en un mismo equipo. Pero ahora, a apenas tres semanas de haber arrancado la presente campaña, es inevitable cuestionar los fundamentos de las grandes firmas que ha hecho el gerente general Jerry Dipoto—con el aval, por supuesto, del dueño Arte Moreno.
El inicio de la temporada de Hamilton—quien aun con cuatro hits el lunes tiene su promedio en apenas .222, con dos jonrones y OPS de sólo .645—se parece mucho al del dominicano Pujols en su primera temporada en Anaheim el año pasado. Hamilton, a sus 32 años, tiene un nuevo contrato de cinco años y US$125 millones con los Angelinos.
El ex Ranger es uno de cuatro jugadores de Los Angeles con lo que se pueden calificar como mega-contratos. Los otros tres son Pujols (10 años, US$240 millones), C.J. Wilson (cinco años, US$77.5 millones) y Jered Weaver (cinco años, US$85 millones).
Cada uno de ellos tiene por lo menos 30 años—Pujols 33, Hamilton y Wilson 32 y Weaver 30—y con tanto dinero invertido en cuatro peloteros, no es nada fácil para los Angelinos tener flexibilidad en otras partes de su roster, sobre todo con los impuestos de lujo más estrictos del nuevo acuerdo colectivo entre los dueños y los jugadores, pactado al final del 2011.
La pregunta aquí que “cae de la mata” es la siguiente: ¿Es una estrategia sana gastar tanto en “nombres” que, en algunos casos, pudieron haber visto pasar sus mejores días?
En términos más bruscos y hasta más controversiales, a veces da la impresión de que Moreno y los Angelinos no se enteraron de que básicamente terminó la denominada “era de los esteroides”.
Me explico.
Después de conectar su cantidad récord de 73 jonrones en el 2001, Barry Bonds renovó con los Gigantes por cinco años y US$90 millones—a los 37 años de edad. El Rey del Jonrón (sí, lo es) tuvo tres temporadas excelentes después de eso, antes de que las lesiones acabaran con su producción masiva desde el 2005.
Definitivamente, estamos hablando de otra época.
Cuando Manny Ramírez terminó el 2008 dando palo tras palo con los Dodgers, su flamante representante Scott Boras trató de convencer a todo el mundo de que el dominicano merecía un contrato a largo plazo, poniendo el ejemplo de Bonds y la producción de éste después de cierta edad.
Ya sabemos cómo terminó esa historia. ¿Y la de A-Rod?
Cuando vemos a los Angelinos otorgarles contratos de US$240 millones a un Pujols de 32 años y a un Hamilton de la misma edad, nos hace pensar en el clásico error de pagarle a un pelotero por lo que ha hecho en vez de lo que hará en su nuevo equipo.
Albert Pujols ya es un pelotero histórico de Grandes Ligas por el ritmo que tuvo en sus primeros 11 años en la Gran Carpa. Sigue siendo tremenda amenaza en el plato y ha tenido un buen inicio de esta temporada. Pero cuidado…son 33 años. ¿Y qué hay de esos dolores persistentes en el pie izquierdo?
En el caso de Hamilton, su producción ya había dado algunas señales de declive en Texas…muy sutiles, por supuesto. El guardabosque, sin dudas, producirá algunos momentos para el recuerdo en Anaheim. Pero con su historial de lesiones y otros temas, más su edad, ¿justificará su actual contrato?
Hace 12 años—en plena era de los esteroides—tal vez en teoría los mega-contratos para jugadores de la edad de Pujols y Hamilton tendrían algún sentido. Pero presumiendo una condición de “limpios” de todos ahora—incluyendo a estos dos, que en ningún momento han sido ligados de manera seria al tema de dopaje—es un peligro que podría convertirse en una carga demasiado pesada en unos pocos años.
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