DUNEDIN -- Una pequeña biblia, abierta como evidencia de que está siendo leída, reposa en el casillero de Melky Cabrera, una de las nuevas adiciones de los Azulejos de Torontopara esta temporada.
Getty ImagesCabrera firmó contrato de dos años con los Azulejos luego de su suspensión por dopaje.
"Desde hace dos o tres años he estado de lleno en la Biblia con Dios y aunque siempre he creído en Dios ahora sé más que es una cosa especial, porque siempre ha estado a mi lado y me ha apoyado", reveló Cabrera.
El jardinero se expuso al escarnio público por su dopaje, que aún sigue resonando en el mundo de las Mayores, en el que todavía es visto como un tramposo, una imagen que quiere borrar y dejar en el pasado. Algo que parece no será tan fácil, pero él confía en la fortaleza que le brinda su fe.
"He aprendido mucho, porque como todos los humanos en este mundo cometí un error, fue un error grande, que me dolió mucho, pero principalmente a mi familia, a mi mamá", dijo Cabrera.
El jardinero, quien se arrepiente y se excusa una y otra vez por haber puesto su carrera profesional en tela de juicio por consumo de testosterona, se siente afortunado de todavía poder estar en el beisbol y de haber encontrado una oportunidad con los Azulejos para tratar de limpiar su nombre.
Toronto confió en él, tras su error, y en el receso de la temporada le ofreció un contrato por dos años y 16 millones de dólares.
El duro camino que le ha tocado andar a Cabrera, por decisión propia, le ha dejado algunas marcas, que le han hecho valorar la fortuna de ser un grandeliga y de todavía estar en el máximo nivel del beisbol.
Aunque sabe que estará en el ojo del huracán y que muchos lo estarán siguiendo para ver si es verdad que tiene las condiciones y el talento para destacar y brillar en las Grandes Ligas, sin ayuda de las sustancias prohibidas, Cabrera no siente la necesidad ni la obligación de demostrarle nada a nadie.
"Este año se va a ver el Melky que siempre ha estado jugando pelota, el de los Yankees, el de los Bravos, el de Kansas City y el de San Francisco . Yo estoy preparado para jugar mi pelota y jugarla duro para ayudar al equipo a ganar. Con Dios por delante puedo tener una buena temporada", sentenció Cabrera, quien en ocho temporada en las mayores acumula promedio ofensivo de .284, un porcentaje de embasado .338, un slugging de .414 y un OPS de .752.
El jardinero, quien no juega desde el 14 de agosto, cuando fue suspendido, se estuvo entrenando en Miami para incorporarse a los Azulejos en forma y comenzar a rendir desde el primer día de los entrenamientos. El domingo será la primera vez que le toque ver acción con el equipo, y será en el juego de exhibición que sostendrán contra los Orioles de Baltimore, en el Florida Auto Exchange, complejo primaveral de los canadienses.
"Me preparé mental y físicamente. Hice muchas pesas, trabajé mucho en la agilidad. Me enfoqué en todo, en mi pitcheo y en mi bateo. Me siento listo para comenzar la temporada. Sé que tengo que aportar en todo, por eso no me descuido. Él manager -- John Gibbons -- me conoce de mis días con Kansas City y sabe lo que yo puedo hacer", dijo Cabrera.
El estar en su tercer equipo en los últimos tres años no ha sido un trauma para el dominicano, ya que con en la novena de Toronto, que tiene a 12 jugadores latinos en su roster de 40, incluyéndolo a él, se siente como en casa.
Ante las altas expectativas que generan los Azulejos para esta temporada, en lo que son los principales favoritos para llevarse el banderín de la División Este de la Liga Americana, Cabrera recurre nuevamente a su fe en Dios.
"Dios es el único que sabe y que sea la voluntad de Dios la que se haga", expresó.
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