SCOTTSDALE, Arizona -- El venezolano Marco Scutaro es el mejor ejemplo de un actor de reparto que finalmente recibe un papel estelar en el ocaso de su carrera y lo aprovecha en grande para convertirse en una estrella casi de la noche a la mañana.
Scutaro se ganó un "Oscar" el 28 de octubre del 2012, dos días después de cumplir los 37 años de edad, al levantar el trofeo de la Serie Mundial con los Gigantes.
"Grandes cosas pasan cuando trabajas en equipo", dijo Scutaro mientras reflexionaba sobre la maravillosa temporada del año pasado. "Repentinamente, comenzamos a jugar como un grupo y todo comenzó a salir bien. Fue increíble. Fuimos un club completamente diferente".
San Francisco decidió continuar con lo que le funcionó al firmar a Scutaro por tres años y US$20 millones, y también retuvo al jardinero puertorriqueño Angel Pagán para mantener intacta la parte alta de la alineación.
"Aquí es donde quiero estar", declaró Scutaro. "Estoy bastante contento de regresar con este equipo y la oportunidad de ganar de nuevo".
El año pasado Scutaro vestía el uniforme de los Rockies en camino a una de las peores temporadas en la franquicia, cuando llegó la llamada el 27 de julio que decía que iría a los Gigantes por el infielder de Ligas Menores, Charlie Culberson.
Este movimiento no llamó mucho la atención, pero pudo haber sido la transacción más clave antes de la fecha límite de cambios. Con Scutaro a cargo de la intermedia y como segundo bate en el lineup entre Pagán y el también venezolano Pablo Sandoval, y antes de Buster Posey, los Gigantes se encendieron. Pero vale la pena señalar que no fue un ascenso inmediato.
Los Gigantes no anotaron en los primeros dos partidos de Scutaro en su nuevo uniforme, al ser blanqueados por los Dodgers 10-0 y 4-0 para completar una barrida de tres juegos en San Francisco. Al llegar a Denver para una serie de tres juegos el 3 de agosto, los Gigantes habían perdido siete de sus ocho encuentros y estaban siete juego debajo de los .500.
Comenzando con una barrida sobre los Rockies, terminaron la campaña con foja de 38-19 y luego iniciaron una postemporada para el recuerdo, armando un regreso para eliminar a los Rojos y Cardenales antes de barrer a los Tigres para lograr su segundo campeonato en tres años.
Scutaro, quien fue el Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional con 14 imparables y una valiente jugada al ser atropellado por Matt Holliday de los Cardenales en la segunda base, señaló que la serie en Los Angeles del 20 al 22 de agosto fue el momento en que le dieron vuelta a la temporada. Esto fue una semana después de que el dominicano Melky Cabrera fue suspendido por 50 juegos tras arrojar positivo por sustancias prohibidas.
Al barrer aquella serie en el Dodger Stadium, los Gigantes se apoderaron de la División Oeste de la Liga Nacional y nunca dieron marcha atrás, manteniendo ese ritmo en la recta final y durante la postemporada.
"En un mes, nos convertimos en un equipo diferente al que fue barrido por los Dodgers cuando llegué a San Francisco", explicó Scutaro. "Trabajamos como un equipo, jugando juntos. Fue divertido ser parte de algo así".
Scutaro, quien en su carrera tiene un promedio de .276, bateó .362 en 61 partidos con los Gigantes, con un promedio de embasarse de .385 y .473 de slugging. Empujó 44 carreras y anotó 40.
Su calma y dureza parece que contagió a un joven torpedero Brandon Crawford, quien surgió como una fuerza en la recta final y durante los playoffs. La sabiduría de hermano mayor definitivamente ayudó al Jugador Más Valioso de la Serie Mundial, Pablo Sandoval, quien creció admirando a su compatriota.
"El es un líder", declaró Sandoval. "Todos en Venezuela aman a Scutaro. Sabe jugar de la manera correcta".
Scutaro comenzará su 12da temporada en las Grandes Ligas. Debutó con los Mets en el 2002, pasando a los Atléticos en el 2004 y surgió tras sus 137 juegos con Oakland, bateando .273. Se convirtió en titular con los Azulejos en el 2008, sobresaliendo en las dos temporadas antes de pasar a Boston para otras dos campañas de calidad.
El infielder era respetado en la Gran Carpa por su juego inteligente y abnegado, pero no fue hasta el 2012 -- y su dinámico esfuerzo por los Gigantes -- que Marco Scutaro se convirtió en un jugador de renombre más allá del territorio venezolano.
Posiblemente una de las imágenes más inolvidables de la postemporada fue la de Scutaro mirando hacia el cielo, mientras la lluvia caía, después de que los Gigantes eliminaron a los Cardenales en el Juego 7 de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional en San Francisco.
"Fue una bendición", dijo Scutaro.
Los aficionados de los actuales campeones saben cómo eso se siente.
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