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| Seleccion de Cuba |
El comisionado de beisbol del Caribe, Juan Francisco Puello Herrera, dijo el miércoles en un programa radial de República Dominicana que no era cierto que los países que integran la Confederación del Caribe estuvieran divididos sobre la participación de Cuba en la Serie del Caribe de Hermosillo 2013.
También dijo una vez que la pelota regional no había decidido en Miami la disputa de un nuevo calendario con una final y así se jugará el próximo torneo.
Pasó la fecha tope autoimpuesta por el organismo regional para que los antillanos decidieran su presencia en la justa ¿y qué pasó? Que no hubo mayoría que apoyara la petición cubana ni tampoco mayoría que la rechazara.
La raya estaba trazada en la arena del 5 de julio, pero las ligas de Puerto Rico y República Dominicana han argumentado en contra, erigiéndose en los obstáculos para que la cita de febrero crezca a cinco países en la edición venidera.
Es por eso que Puello, con todo y su desmentido, sopesaba alternativas y echaba las cartas al momento de escribir esta columna, a la búsqueda de una solución.
El comisionado la mayor parte de las veces ha inclinado la balanza del lado donde su ubiquen sus compatriotas. De hecho, fue el presidente de Lidom, antes de ejercer su actual cargo en las últimas dos décadas.
Hay un problema aquí, sin embargo: México, que junto a Venezuela ha ofrecido argumentos a favor del ingreso de Cuba como invitado, tiene real interés en ampliar el torneo, pensando tanto en el espectáculo como en el rédito. También nació en México la idea de incorporar a Corea del Sur, finalmente desechada, y mexicana fue la propuesta, descartada hasta ahora, de disputar una especie de Champions League durante los campeonatos invernales, en lugar de la tradicional Serie del Caribe.
Decidir en contra de la petición cubana va en contra del trabajo de años realizado por la Confederación para atraer a los antillanos al seno del organismo, tanto como va en contra del deseo manifiesto de los organizadores de la próxima cita. ¿Qué hacer?
Puello tiene la palabra final. Las ligas de Puerto Rico y Dominicana sostienen que los estatutos de la Confederación no permiten participaciones como invitado, sólo como miembro de pleno derecho, y que permitir la entrada de los cubiches violentaría el ordenamiento.
Puede ser. Sorprende, sí, que el argumento surgiera después de que todos pasaran meses sopesando la presencia de Corea del Sur por esa vía.
En fin, si finalmente se concreta la invitación, ojalá abra las puertas a otras novedades. Que la presencia de Cuba y aprobar un calendario con una final no sean las únicas variantes. Es hora de abrir las puertas a otros países de la región.
Hay que dejar de usar ya el argumento del supuesto bajo nivel competitivo de Panamá, Colombia y Nicaragua. Primero, ¿cómo se supone que aquellas mejoren su nivel, si no tienen el reto de enfrentarse a naciones más potentes? Y además, ¿por qué la Confederación mantiene esa postura, siendo que hasta Major League Baseball, la Federación Internacional y la Unión de Peloteros de la MLB, socios en el Clásico Mundial de Beisbol, han aumentado la convocatoria de ese torneo y no temen enfrentar a países francamente débiles, como la China continental, con potencias de este deporte, como Japón?
La Confederación finalmente admitió que es necesario hacer cambios para mantener el interés de los aficionados y, en consecuencia, de los patrocinadores.
Que el impulso de la entrada de Cuba sirva para abrir las puertas a otros aspirantes. Que un torneo renovado sirva para hacer voltear la mirada de la gente hacia la Serie del Caribe.
Via
http://www.elemergente.com
Hay un problema aquí, sin embargo: México, que junto a Venezuela ha ofrecido argumentos a favor del ingreso de Cuba como invitado, tiene real interés en ampliar el torneo, pensando tanto en el espectáculo como en el rédito. También nació en México la idea de incorporar a Corea del Sur, finalmente desechada, y mexicana fue la propuesta, descartada hasta ahora, de disputar una especie de Champions League durante los campeonatos invernales, en lugar de la tradicional Serie del Caribe.
Decidir en contra de la petición cubana va en contra del trabajo de años realizado por la Confederación para atraer a los antillanos al seno del organismo, tanto como va en contra del deseo manifiesto de los organizadores de la próxima cita. ¿Qué hacer?
Puello tiene la palabra final. Las ligas de Puerto Rico y Dominicana sostienen que los estatutos de la Confederación no permiten participaciones como invitado, sólo como miembro de pleno derecho, y que permitir la entrada de los cubiches violentaría el ordenamiento.
Puede ser. Sorprende, sí, que el argumento surgiera después de que todos pasaran meses sopesando la presencia de Corea del Sur por esa vía.
En fin, si finalmente se concreta la invitación, ojalá abra las puertas a otras novedades. Que la presencia de Cuba y aprobar un calendario con una final no sean las únicas variantes. Es hora de abrir las puertas a otros países de la región.
Hay que dejar de usar ya el argumento del supuesto bajo nivel competitivo de Panamá, Colombia y Nicaragua. Primero, ¿cómo se supone que aquellas mejoren su nivel, si no tienen el reto de enfrentarse a naciones más potentes? Y además, ¿por qué la Confederación mantiene esa postura, siendo que hasta Major League Baseball, la Federación Internacional y la Unión de Peloteros de la MLB, socios en el Clásico Mundial de Beisbol, han aumentado la convocatoria de ese torneo y no temen enfrentar a países francamente débiles, como la China continental, con potencias de este deporte, como Japón?
La Confederación finalmente admitió que es necesario hacer cambios para mantener el interés de los aficionados y, en consecuencia, de los patrocinadores.
Que el impulso de la entrada de Cuba sirva para abrir las puertas a otros aspirantes. Que un torneo renovado sirva para hacer voltear la mirada de la gente hacia la Serie del Caribe.
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