SAN FRANCISCO, California-- Por tercera vez en cinco años, las calles de San Francisco lucieron repletas y se cubrieron con el confeti anaranjado y negro que cayó desde lo alto de varios edificios para conmemorar la coronación de los Gigantes en la Serie Mundial.
Del cielo cayó también una lluvia constante, que no pudo apagar el entusiasmo de los jugadores, quienes saludaron, se tomaron fotos y dirigieron saludos a la multitud que los ovacionaba a su paso en autobuses de dos pisos. El uso de esos vehículos constituyó un cambio respecto de los clásicos tranvías y autos convertibles que se habían empleado en las celebraciones de 2012 y 2010.
Los festejos en esta ciudad se están volviendo tan comunes que están requiriendo de algunas modificaciones para distinguirse uno del otro.
"Estos chicos juegan como equipo, creen en sí mismos, juegan como uno y jamás se dan por vencidos", dijo Willie McCovey, miembro del Salón de la Fama, mientras esperaba para felicitar a los miembros de su antiguo equipo en una concentración posterior al desfile, frente al palacio del ayuntamiento de San Francisco.
Ese fue el punto de llegada de la marcha triunfal que abarcó tres kilómetros (dos millas).
"Así ha sido este equipo durante años", destacó McCovey.
Fanáticos jubilosos de todas las edades comenzaron a congregarse desde muchas horas antes del desfile de mediodía, frente a vallas metálicas, en los tejados de algunos edificios e incluso trepados en los postes del alumbrado que se decoraron con globos anaranjados, negros y blancos.
Todos querían aclamar a sus héroes deportivos.
Muchas personas se ausentaron del trabajo y sacaron temprano a sus hijos de las escuelas --pese a los pedidos de las autoridades para que no lo hicieran--, a fin de que echaran un vistazo a la celebración.
"Voy a enviarlos a la escuela el lunes y le diré al profesor que los niños estuvieron enfermos de fiebre anaranjada", dijo Marcela Habash, de 36 años, quien llevó a tres de sus cuatro hijos a la plaza ubicada frente al palacio.
Mientras que varios jugadores se apretujaron en los otros autobuses, la figura del equipo en el Clásico de Otoño recibió un privilegio. El lanzador estelar Madison Bumgarner ocupó él solo un autobús, adornado con un cartel que conmemoraba su premio al jugador más valioso de la Serie Mundial y de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional.
Al verlo, el público coreó en inglés "MVP", las siglas del reconocimiento que obtuvo el serpentinero, de carácter discreto, que alzaba sus dos trofeos para que los mirara la muchedumbre.
Una camioneta transportó los trofeos de la Serie Mundial conquistados por los Gigantes en 2010 y 2012. El manager Bruce Bochy asomó desde el piso superior de un autobús, cargando el trofeo de este año.
Empresas patrocinadoras animaron el desfile con carros alegóricos, uno de los cuales llevaba figuras de pandas, como homenaje al toletero venezolano Pablo Sandoval, el jugador más valioso de la Serie Mundial de 2012. Su apodo de "Kung Fu Panda" será recordado durante décadas por los seguidores del equipo, quienes lo asociarán a un pelotero que siempre ha adquirido mayor brillo en postemporada.
El ex vocalista de Journey, Steve Perry, descendió de uno de los carros, interpretando su canción "Don't Stop Believin'", e intercambió saludos con varios espectadores entusiasmados.
La leyenda de los Gigantes, Willie Mays; el presidente del equipo Larry Baer; la legisladora federal Nancy Pelosi; el alcalde Ed Lee, y el vicegobernador Gavin Newsom, quien gobernaba San Francisco cuando los Gigantes se coronaron en 2010, desfilaron en autos descapotables.
Alineadas en las calles, muchas jovencitas gritaron y levantaron sus celulares para fotografiar al torpedero Brandon Crawford, quien ha robado el corazón de muchas. Una de ellas es Jessica Earnshaw, quien estudia el último año en una secundaria en San José.
"Es mi favorito", comentó. "Por mucho".
Las autoridades de la ciudad no revelaron un estimado oficial de cuántas personas asistieron a las festividades. Sin embargo, el jefe policial Greg Suhr dijo que el número de agentes en las calles fue 20% mayor al habitual.
El cerrador dominicano Santiago Casilla mostró un cartel que decía, "Jesús te ama".
Sergio Romo, el relevista de origen mexicano, se levantó en varias ocasiones la chaqueta para mostrar una camiseta que decía, "tengo asuntos pendientes".
Durante el desfile de 2012, Romo causó asombro con una camiseta en la que señalaba, "sólo parezco ilegal".
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