BALTIMORE - Cuando los Orioles adquirieron a Ubaldo Jiménez durante las últimas semanas de los entrenamientos-lo cual le ameritó al derecho dominicano el mayor contrato (cuatro años, US$50 millones) para un lanzador agente libre en la historia de la organización-fue para que el veterano lanzara juegos como éste.
A pesar de ello, Jiménez--sacado de la rotación el mes pasado luego de tener marca de 4-9 con efectividad de 4.83--era visto como el candidato menos pensado para una apertura tan importante como la del martes.
Sin embargo, el diestro le premió la confianza al manager Buck Showalter y se adjudicó la victoria al Baltimore vencer por 8-2 a Toronto y asegurar su primer título del Este de la Liga Americana desde 1997.
Jiménez se recuperó de un tambaleante inicio del juego para tirar un total de 5.0 innings, en los que permitió dos carreras y retiró a los últimos 10 bateadores que enfrentó ante un entusiasmado público de 35,297 espectadores. Fue una especie de borrón y cuenta nueva para Jiménez, quien en el clubhouse después del partido y empapado de champán dijo que "esto lo borra todo".
"Lo necesitábamos (el martes)", dijo el jardinero central de los Orioles, Adam Jones, acerca de Jiménez. "Y a él le hacía falta esto. El primer par de innings tuvo que batallar, pero pudo recuperarse, darlos cinco innings y brindarnos la oportunidad de ganar".
Showalter explicó cuál era el plan con el dominicano.
"Íbamos a tenerlo ahí para un máximo de 80 pitcheos", dijo el capataz sobre Jiménez, quien no iniciaba un juego desde el 16 de agosto. "Salí (al montículo) con la intención de sacarlo del partido (en el cuarto inning), pero cometí el error de mirarle los ojos.
"No me suplicó, sino que tenía una mirada que me decía, 'Dame la oportunidad de una entrada más. Me siento bien'. Ese fue uno de los momentos en que pensé con el corazón y no la cabeza. Estuve bien contento por él. Y estuvieron presentes su mamá y su papá.
"Eso fue algo grande para él", continuó Showalter. "Creo que fue más grande para él que para nosotros. Quién sabe lo que podría significar para los próximos tres años y medio".
Jiménez también se tomó un tiempo para reflexionar, en medio de la celebración.
"Teniendo un año tan malo, definitivamente no crees que vayas a ser el que va a estar en el montículo para un juego como éste", dijo el quisqueyano. "Pero pude estar ahí y pude hacer mi trabajo, así que se siente muy bien".
Jiménez, quien dio cuatro bases por bolas, permitió una carrera en cada uno de los primeros dos episodios y necesitó hacer 60 pitcheos para sacar los primeros seis outs, vio que Showalter tenía a relevistas calentando en el bullpen en la segunda entrada. Pero el derecho pudo hallar un buen ritmo después de eso y no volvió a embasar a bateador alguno en lo que restó de su apertura de 97 lanzamientos.
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